domingo, 15 de octubre de 2017

Entonces el amor llegó como si hubiese prevenido mis deseos de arrojarme al cielo. Llegó en forma de verso, de color, de luz, de voz extranjera, de mirada devoradora de almas, de ti. Juntó los pasados e hizo un presente. Remendó heridas, y abrió las alas en un abrazo, en unas manos entrelazadas, en nuestra coincidencia. Me agarró en curva, despistado, derrumbo mis muros. Baje la guardia, mi reloj se detuvo y los ayeres carecían de importancia a tu lado.
Y ahora sé que mi lugar es en ti, en la sonrisa que haces al verme,
entre las pestañas cuando me sueñas. Tu cuerpo es mío, mi presente es tuyo, futuro es de nosotros. Y mi lugar es a tu lado, lo sé; mis manos, mis alma esperaban por ti, mis certezas y mitos también querían enredarse en tu vida.
Dame tu mano que ya no importa si hubo oscuridad, lo veo todo con mayor claridad. Es que cuando llegaste el miedo salió por la ventana y el valor entró por la puerta. Es que cuando llegaste todo se tornó multicolor. Es que cuando el amor nos sorprendió, se adueñó de nuestros rincones y nos rehízo.

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